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Un informe del Consell de la Comunidad Valenciana pronostica el fin de la vida de todos sus vertederos en 2020.

19/06/2012

A pesar de que el cálculo cuenta incluso con nuevas instalaciones aún por inaugurar, el colapso parece inevitable.

Que la gestión de los residuos en la Comunitat Valenciana es un caos ya es de sobra conocido. Que el tratamiento de las basuras en plantas carísimas es deficiente, también. Y que el problema ha obligado a trasladar los costes a los vecinos en forma de tasas cada vez más costosas es tan evidente que solo hay que mirar las facturas. Sin embargo, lo que quizás no se sepa es que, además, no hay plan de futuro que no pase por la incineración.
El retraso en la revisión del Plan Integral de Residuos, que debía estar aprobado como máximo en 2007, ha aplazado una situación que estallará antes de 2020. Y quien lo dice no es otro que el propio Consell, que dispone de un informe, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, donde advierte de que la mayoría de los vertederos ahora en funcionamiento, e incluso aquellos que se inaugurarán en los próximos años, tienen una fecha de caducidad demasiado cercana en el tiempo. Así, a partir de 2020, el destino de los residuos se deja en manos de cuatro instalaciones de las que tres todavía no están ni siquiera construidas, y que plantean muchísimos problemas por las protestas vecinales generadas. Ayer mismo, una marcha mostraba el rechazo las instalaciones que se planea abrir en 2014 en Llanera de Ranes, uno de los tres macrovertederos en que confía la Generalitat para enterrar los residuos de los valencianos a partir de 2020.

El informe que maneja la Conselleria de Infraestructuras, y que está incluido en la reforma del PIR que la consellera Isabel Bonig alarga su aprobación a finales de año, admite que el destino de las basuras es incierto, y ya no hay alternativa más allá de las incineradoras, porque ya no se han proyectado más vertederos desde el Plan Integral de Residuos de 1997.
Así, de los 11 vertederos en marcha o pendientes de abrir durante esta década, solamente cuatro -si es que finalmente la administración ignora el rechazo vecinal- estarán abiertas a partir de 2021, una cifra absolutamente insuficiente, sobre todo porque el ritmo al que se llenan los vertederos es mayor del que se preveía en un principio. Cuanto menos tratamiento, más volumen de residuos llega a los vertederos. En Dos Aguas, por ejemplo, llegan cada día 200.000 kilogramos de plástico, vidrio o cualquier material que podría ser reciclable, y que va colmatando a ojos vista el espacio, de momento a la espera de la nueva ley que permita construir el segundo vaso.
En el informe de la Conselleria no solamente se hace una previsión de los años en que se va a colmatar cada uno de los vertederos en funcionamiento o aquellos que se van a abrir en los próximos años. Además, se ha estimado dónde van a ir a parar los residuos cuando las instalaciones se vayan colmatandoa partir de este mismo año. Por ejemplo, la basura que va a parar ahora a Onda se repartirá entre Cervera del Maestre y Algimia de Alfara a partir de 2013, cuando está prevista su saturación. Los residuos de Dos Aguas irán a parar a partir de 2019 a Llanera de Ranes -vertedero que todavía no está abierto-, los de Algimia a Caudete desde 2017, mientras que los de Villena y Xixona se trasladarán a La Vega Baja a partir de 2018 y 2020, años en que está previsto el cierre de estas dos instalaciones. La basura que llegue, por su parte, a Cervera, planta que se inaugura este año, tendrá que llevarse incluso a otra provincia, en este caso al macrovertedero de Guadassuar, que tampoco está todavía inaugurado, incrementando todavía más los costes.

El portavoz de Infraestructuras del PSPV, Francesc Signes, advierte de que estamos ante «un caos próximo al colapso» y que ha sido una «absoluta irresponsabilidad» que no se haya aprobado un plan que debía ver la luz en 2006. Desde entonces han pasado cinco consellers por Medio Ambiente -Blasco, González Pons, García Antón, Cotino, Bonig-, y ninguno de ellos ha podido aprobar este plan.
Tanto la oposición como los ecologistas denuncian que el tratamiento de residuos no cumple con la directiva europea, donde se especifica que a los vertederos no puede llegar más de un 44% del volumen de residuos que generan los ciudadanos. En el caso de la Comunitat, las cifras llegan a superar el 80%, ya que en muchos casos la basura se entierra sin tratar. Sin embargo, la incineración obligaría a reciclar la basura todavía mejor, para evitar la emisión de gases tóxicos.

Fuente: www.lasprovincias.es

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