La incineradora de Zubieta necesitaría, según denuncia Greenpeace, un vertedero para residuos peligrosos.
31/08/2014
Como ocurre en todas las incineradoras, el proceso de incineración genera dos residuos: escorias y cenizas. Estos subproductos son susceptibles de valorizarse en mezclas con otros materiales o depositarse en vertederos específicos. Como no podría ser de otra manera, la incineradora de Zubieta tambien deberá contemplar este hecho, que no supone en la práctica ningún reto en lo tecnológico ni ningún problema ambiental si las prácticas son las adecuadas.
Según denuncia Greenpeace, los políticos guipuzcoanos responsables de la gestión de residuos, con la Diputación al frente, quieren utilizar el estado de saturación de los actuales vertederos de la provincia para argumentar la necesidad construir una planta incineradora de residuos en Zubieta. Sin embargo, Greenpeace advierte que, de nuevo, se están manipulando y ocultando datos, ya que una instalación de este tipo llevaría asociado un vertedero de seguridad donde enterrar sus escorias y cenizas tóxicas.
Según Greenpeace, las incineradoras generan enormes cantidades de escorias y cenizas volantes (el 22,5% de los residuos quemados, según los datos más conservadores), que pueden contaminar el entorno y suponen un grave riesgo para la salud. Por todo ello, deben ser tratadas como residuos peligrosos y depositadas en vertederos. Esto significa que con la incineración se pasaría de manejar un residuo domiciliario a trasformarlo en un producto tóxico de complicada gestión.
En la práctica, un volumen mayoritario de este residuo es en realidad no peligroso, y existen numerosas alternativas y tecnologías para su reutilización por ejemplo como materiales de construcción. Un ejemplo es la construcción de subbases y plataformas de carreteras.
Es evidente, por lo tanto, que construir una incineradora nunca va a solucionar el problema de los vertederos. “Es necesario promover la gestión sostenible de residuos con políticas serias de reducción, reutilización y reciclaje, donde el sistema de recogida puerta a puerta es un poderoso aliado con el que se alcanzan actualmente ratios de separación y reciclaje próximos al 85%”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace.
El pasado viernes, con la firma del “Pacto de Usurbil” la sociedad civil se ha unido para mostrar alternativas a la quema de residuos y poner en evidencia a políticos y gestores irresponsables. “Parece que la Diputación de Guipúzcoa ya tiene claro el camino que quiere seguir y parece que no es otro que hacer trampa, coger el camino fácil, vender falsas soluciones y velar solamente por los intereses particulares”, ha concluido Barea.
Quedaría por aclarar por parte de Barea y Greenpeace, por que califica como trampa la construcción de una instalación industrial altamente tecnificada, recordemos que los vertederos de residuos peligrosos con las actuales tecnologías y legislación son instalaciones mucho más controladas que cualquier otra, y por que no se exponen en los medios las graves deficiencias de lo que se conoce como recogida selectiva o recogida «puerta a puerta». También resulta cuando menos curioso que Barea y Greenpeace califiquen como «problema» a una tecnología, el depósito en vertederos, que ha venido solucionando durante los últimos 2500 años los residuos generados por una sociedad en constante desarrollo.
Fuente: Greenpeace, comentarios VERSOS.