Valdemingómez: al ritmo actual, el vertedero se habrá colmatado en 2018.
22/05/2013
Su futuro pasa por su ampliación, muy compleja porque solo queda un 39% del suelo del municipio como no urbanizable, o duplicar la capacidad de incineración.
El vertedero de Valdemingómez abrió en 1978. Merced a una inversión de 143 millones de euros entre 2005 y 2011, con Alberto Ruiz-Gallardón (PP) en la alcaldía y Ana Botella en la Concejalía de Medio Ambiente, se reconvirtió en un parque tecnológico que permite el aprovechamiento de más del 50% de la basura: el 30%, para ser reciclada y el 23% restante, para ser valorizada energéticamente, siendo incinerada a 800 grados. Valdemingómez se ha transformado así en el principal productor de renovables de Madrid.
Pero cada día siguen llegando allí 4.000 toneladas de residuos, generados por 4,8 millones de personas en la capital, Rivas y Arganda. Y pronto no habrá hueco para más. Valdemingómez ocupa 300 has, de las que 210 corresponden al vertedero. De éstas, 110 están colmatadas, selladas y cubiertas por un parque. El Ayuntamiento calcula que, al ritmo actual, la capacidad del vertedero se habrá acabado en 2018.
Desde el inicio de la crisis, y gracias también al incremento del reciclado, se ha reducido un 23% la generación de basura, pero eso no evitará que el vertedero se colmate en 2018. Para alargar su vida, se plantea duplicar la capacidad de incineración, aunque el proyecto está en el aire por las restricciones presupuestarias, o ampliar la superficie del vertedero.
En la actualidad, se producen 280.000 megavatios por hora. El objetivo es ampliar la producción en 260.000 megavatios por hora y, al mismo tiempo, se reduciría la entrada de residuos en 350.000 toneladas; es decir, una cuarta parte del ritmo actual. De esta manera, podría ganarse uno o dos años de vida.
La calidad del aire es lo que más preocupa a la oposición. La concejal socialista Ruth Porta denunció ayer que la incineración “es obsoleta y provoca riesgos para la salud”. El Partido Socialista, que lidera Jaime Lissavetzky, propone clausurar progresivamente la incineradora y apostar en su lugar por el reciclado de residuos sólidos urbanos. Ante estas críticas, la directora de Valdemingómez arguyó que “está suficientemente acreditado que la incineración produce menos emisiones”.
La concejal de Izquierda Unida Raquel López criticó ayer al Gobierno municipal por permitir la construcción de 28.000 viviendas en el ensanche de Vallecas, cuyos ocupantes sufren ahora los malos olores de Valdemingómez. Mencionó, además, un reciente estudio encargado por los propios vecinos para denunciar su situación, que refuerza las críticas del Defensor del Pueblo. El Ayuntamiento restó validez a ese estudio por la metodología empleada y aseguró que la concentración de olores se ha reducido más de un 80% desde la denuncia del Defensor, una vez que el tratamiento de materia orgánica ya no se hace al aire libre.